Septiembre 2011

En el departamento Nariño, ubicado en el sur de Colombia, la minería artesanal y de pequeña escala se ha practicado por más de 80 años. Varios municipios son mineros por tradición – organizaciones como Cooperativas y Asociaciones agrupan  a los mineros, que trabajan en concesiones otorgadas por la autoridad minera hace más de 30 años.

Sin embargo, los mineros temen que debido al carácter restrictivo de la Ley 2 de 1959 (Ley Forestal) para la renovación o prórrogas de licencias mineras en estas áreas, no será posible continuar trabajando en minería.

La minería artesanal y de pequeña escala en estos municipios constituye una fuente fundamental de ingresos para más de 10.000 familias en el departamento y su desaparición tendría graves consecuencias sociales y económicas.  Más aun cuando se trata de una región muy sensible, con población muy vulnerable por problemas de violencia, desplazamiento y siembra de cultivos ilícitos, donde la minería se constituye en una forma digna de trabajo y reinserción a la sociedad.

El informe de Harbi Guerrero Morillo explora esta difícil situación y lanza un llamado por una legislación más flexible, que asegure buenas condiciones de desarrollo para una minería comunitaria responsable.

Lea el informe aqui.

Harbi Guerrero Morillo es un emprendedor minero nariñense, presidente de ASOMIRCOL (Asociación  por una  Minería Responsable y Comercio Justo del Suroccidente Colombiano), organización que promueve la iniciativa Fairtrade y Fairmined en esta parte de Colombia.

Share This