La mejor forma para que las compañías de la industria de minerales que quieren marcar la diferencia al imprimir un sello de conducta responsable y sentido social es decidirse en comprar minerales provenientes de la minería artesanal y de pequeña escala comprometidos en dar sus mayores esfuerzos para la gestión de riesgos y primeros pasos de la formalización usando el código CRAFT y luego en apostarle a una formalización continua que permita alcanzar niveles exigentes con la certificación Fairmined.

Sin embargo, esta decisión le acarrea un conjunto de  preocupaciones a las empresas, ya que el sector de la minería artesanal y de pequeña escala, lastimosamente está asociado a altos riesgos relacionados a informalidad, peores formas de trabajo infantil, lavado de activos, conflicto, contaminación ambiental. Por otro lado, asuntos relacionados con trazabilidad, logísticas, conocimientos de las normativas de los países productores también suma en considerar que comprar del sector es difícil y riesgoso. Sin embargo, dejarlo a un lado es contribuir a que las personas que se dedican de esta actividad sean presas de ser explotados por grupos ilegales, sin darles las oportunidades de tener opciones formales de vender y desarrollar sus proyectos de emprendimiento mineros bajo una visión de futuro responsable y mejorar condiciones de vida a mineros y mineras y sus familias.

Por tal razón, no es simplemente alejarse del sector, desconocerlo o señalarlo, siendo la salida fácil pero catastrófica. Sino que la industria encuentre formas de vincularse, implementando prácticas de debida diligencia, entendiendo los diferentes riesgos y convirtiéndolos en oportunidades de vincularse con el sector para ser parte de transformaciones positivas y contribuir a los objetivos del desarrollo. Para esto existen marcos especializados y ampliamente consultados e implementados que se convierten en aliados de la industria para la identificación y gestión de riesgos de sus proveedores mineros: el Código CRAFT y el Estándar Fairmined.

El Código CRAFT, al ser alineado con los riesgos priorizados en materia de respetar los derechos humanos y evitar la financiación de conflictos en todos los eslabones de la cadena de suministro, logra que los productores MAPE legítimos que lo están implementando puedan primero que todo entender la expectativa del mercado sobre debida diligencia, además, tener un primer paso de adoptar sistema de gestión de riesgos, ya que declaran su compromiso con la producción responsable de minerales y metales en consonancia con la Guía de Debida Diligencia de la OCDE y con los esfuerzos hacia una buena y mejor práctica de la MAPE. De igual modo, los mineros realizan evaluaciones sobre presencia de trabajo infantil, no están vinculados a trabajos forzosos y  no son sospechosas de cometer actos degradantes. Esto aplica para el lugar donde se encuentra la mina, las planta de procesamiento, las rutas de transporte y sus socios comerciales locales.

Por otro lado, los mineros pagan sus impuestos y regalías, sus operaciones no son gravadas, extorsionadas o controladas ilegalmente por fuerzas públicas o privadas y sus volúmenes de producción están alineados a las capacidades productivas llevando al control de riesgos de lavado de activos. Además, los mineros definen rutas claras que lleven al continuo monitoreo de estos riesgos que les permita tomar acciones proactivas, en lo que se denomina informes CRAFT, se describen los hallazgos y se trazan las rutas de mitigación de riesgos. Para no quedarse solo en unos cumplimientos mínimos, los mineros también pueden definir sus prioridades en materia de manejo de sustancias tóxicas, seguridad e higiene minera, cuidado del agua, derechos de las mujeres y los niños. Para definir actividades que lleven a la implementación progresiva de mejora.

De esta forma la industria que compre de los mineros y mineras que implementan el código CRAFT pueden ver esos cambios paulatinos partiendo de los temas críticos que se asocian al sector, pero que garantiza la confiabilidad de los esfuerzos para mejorar.

Luego de pasar el nivel de conformidad de CRAFT, las organizaciones mineras formalizadas pueden aspirar a demostrar su responsabilidad empresarial al cumplir con el estándar Fairmined que representa garantía, confianza de que el oro que se compra proveniente de ellas está respetando las normativas nacionales y además implementando requisitos exigentes en materia de sostenibilidad ambiental, laboral, social y organizativa y respeto a los derechos humanos de los miembros de las organizaciones y sus comunidades. 

Así que las marcas que compran oro Fairmined, están respaldadas de rigurosos procesos de identificación de riesgos y creación de planes de mejoramiento que lleva a la certificación Fairmined de las minas y con eso dar frente a las exigencias de las normativas de sus países sobre debida diligencia y conocimiento de sus proveedores mineros. Ver ejemplos de organizaciones Fairmined.

Así que las empresas de la industria cuentan con un aliado como la Alianza por la Minería Responsable, porque acompañamos a la organizaciones MAPE en una ruta hacia la legitimidad, desde la adopción de los estándares Código CRAFT y el estándar de minería justa Fairmined y su visión sostenible, entendiendo las diferentes características de la MAPE en sus niveles organizativos y de desarrollo. Así, los mineros y mineras legítimos pueden escalar en su madurez como emprendimientos mineros y la industria puede vincularse en la gestión de riesgos, apoyando y entendiendo proactivamente las realidades, retos y logros del sector.

Es urgente que la gestión de riesgos de las cadenas de suministro no lleve a aumentar el riesgo de exclusión del sector sino que se diseñen medidas y se cuenten con los aliados locales para que la debida diligencia lleve a producir impactos positivos al desarrollo sostenible del sector MAPE.

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