Maria José Murillo, responsable de cadenas de suministro en la Alianza por la Minería Responsable (ARM)

(Segundo y último blog de la serie)

“Las opiniones expresadas en esta publicación son exclusivamente de los autores y no necesariamente reflejan el punto de vista de la Alianza por la Minería Responsable, de su Junta Directiva o de su equipo técnico”. 

¿Por qué los bancos niegan servicios a mineros y mineras artesanales?

Las causas que más presentan los bancos en relación a la negación de servicios al sector minero de oro, están relacionadas a la dificultad de realizar procesos de debida diligencia que les permitan una correcta evaluación del riesgo. Pero ¿realmente dichas causas son objetivas cuando la incapacidad de hacer una correcta gestión del riesgo por parte del área de cumplimiento recae sobre el actor evaluado?

Es así, que todo se reduce a un análisis costo/beneficio de la relación comercial con el sector minero: qué tan atractivo es el actor versus el riesgo que representa. Es importante tener presente que muchas de las personas que realizan estos análisis no son expertos en temas mineros y reciben la información del sector de lo que ven en medios de comunicación y de lo que hablan con sus pares. Esto genera prejuicios en los funcionarios bancarios que más adelante son ahondados por:

  • las dificultades en comprender la información que el minero suministra;
  • la falta de acceso a información confiable y actualizada para verificar y ampliar la información suministrada por el minero;
  • y las debilidades en la gestión financiera del minero.

Los controles y mecanismos utilizados para evaluar los riesgos del sector elevan los costos y los esfuerzos puestos en la vinculación y gestión de un cliente minero, no logran mitigar de manera adecuada los riesgos y no compensan el beneficio percibido por el banco de involucrarse con el actor.

Un cliente atractivo para un banco, es un cliente con buenos ingresos, con una administración sana y buena liquidez o posesión de bienes de capital y de inversión que puedan avalar un buen manejo financiero, además de la credibilidad en toda la información contable y los proveedores y clientes con los cuales se relacione la empresa.

De acuerdo a lo anterior, el minero que trabaja en pequeña minería puede presentar diferentes brechas con este perfil:

  • En primer lugar, la comercialización de metales preciosos genera buenos ingresos pero estos ya se encuentran comprometidos en la operación, entonces, tan pronto son recibidos salen de la cuenta, sin dejar depósitos significativos de los cuales el banco pueda disponer.
  • Los bienes de capital de los mineros, como maquinaria, equipo, derechos mineros o reservas, no constituyen garantías atractivas para el banco, debido a la complejidad de su manejo y responsabilidades.
  • En tercer lugar, al igual que muchas pymes presentan dificultades en su manejo financiero y contable, muchas de las pequeñas empresas mineras son constituidas por mineros de vocación con poca formación y profesionalización en temas administrativos, contables y financieros.
  • Por último, a nivel de proveedores, se desenvuelven en contextos en los cuales la informalidad es alta y representa dificultades en la correcta justificación de todos sus costos y gastos de operación y, a nivel de clientes, el banco desconoce quiénes pueden ser considerados como actores confiables. Adicionalmente, la cadena de suministro del oro puede llegar a ser larga y compleja dificultando su análisis y evaluación.

Desconocimiento y barreras

Ante este escenario, las entidades bancarias han adoptado acciones perjudiciales para el desarrollo del sector minero: desde políticas tajantes de no considerar a cualquier actor que tenga que ver con la minería y comercialización de oro, hasta prácticas de desgaste y agotamiento para quienes se acercan a hacer una solicitud.

La primera barrera que debe superar un minero al momento de hacer una solicitud a un banco, es que el funcionario lo atienda. Así como lo leen, una vez el funcionario conoce su actividad económica, puede tomar dos acciones 1. Puede decir directamente que su entidad bancaria no trabaja con mineros o 2. Presenta una lista de documentos para análisis del cliente que refleja la poca comprensión del banco frente al sector minero solicitando documentación inexistente, redundante o poco coherente.

Sin embargo, supongamos que el minero logra presentar toda la documentación solicitada, nuevamente el banco toma una posición desafortunada para el: 1. Tiempos extensos de respuesta, el minero debe acercarse a la entidad bancaria una y otra vez con el fin de recibir respuesta a su solicitud sin que esto suceda; 2. El banco solicita información adicional compleja de conseguir como datos de sus compradores en el exterior o 3; Niega la solicitud de manera verbal sin presentar por escrito las causas objetivas de la decisión.

Mientras esto sucede pueden pasar varios meses en los que el minero no sabe si se va recibir el servicio solicitado, causándole graves inconvenientes como dificultades en el pago de nómina, congelación de relaciones comerciales con clientes potenciales en el exterior y retrasos en sus compromisos financieros.

La falta de respuestas oficiales y por escrito que presenten una causa objetiva son un factor común, que puede ser solucionado mediante la presentación de derechos de petición. Sin embargo, aquí los mineros también sufren abusos por parte de los bancos, ya que estos en ocasiones se niegan a recibir los derechos de petición. En cuanto a las quejas a la Superfinanciera, estas son poco frecuentes debido al desconocimiento del minero de sus derechos y, si se realizan, usualmente esta avala la decisión del banco.

Para los bancos es difícil comprender quién es legal y está haciendo las cosas bien en el sector del oro colombiano. He conocido de primera mano a organizaciones mineras a quienes, cumpliendo a cabalidad con procesos de regularización y formalización minera e incluso con certificaciones internacionales que dan fe de sus buenas prácticas ambientales y sociales, se les niega el servicio durante varios meses.

Debido a las brechas de información entre las entidades de control del sector (como la DIAN y la ANM), y las inconsistencias en la información presentada para exportación, luego de haber sido revisadas y validadas por ambas instituciones hacen que la confiabilidad en la información que proporciona el estado colombiano sea considerada como baja.

Conclusiones

  • La preocupación del sector financiero al relacionarse con el sector minero es legítima, ya que el segundo es un sector complejo y de alto riesgo. Sin embargo, la tendencia a negar el acceso de los mineros a los servicios financieros de manera casi generalizada, constituye una práctica anticonstitucional atentando contra el desarrollo del sector.
  • La mala imagen del sector promovida por los medios de comunicación invisibiliza los casos de éxito y las buenas prácticas que implementan los que se acogen a los procesos de formalización.

Recomendaciones

  • Proponer el ingreso del Ministerio de Minas y Energía como miembro activo de la comisión intersectorial para la inclusión financiera, creada mediante Decreto 2338 de 2015.
  • Articular un acuerdo mediante el cual se exprese el compromiso formal entre el Ministerio de Minas y Energía y el Ministerio de Hacienda de trabajar de manera mancomunada en la formulación de actividades que garanticen la inclusión financiera de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE).
  • Articulación entre la Dirección de Formalización del Ministerio de Minas y Energía y las iniciativas de inclusión financiera rural como la de USAID, iniciativas de inclusión de pymes como las de la Alianza por la Inclusión Financiera o el programa del Gobierno Nacional administrado por Bancoldex, Banca de las Oportunidades.
  • Crear fuentes de información articulada entre la Agencia Nacional de Minería, DIAN, Contraloría y demás entidades de control que tengan incidencia con el sector minero que permitan y faciliten los procesos de debida diligencia.
  • Promover espacios de entendimiento y capacitación para el sector financiero con respecto al sector minero y la comercialización de minerales preciosos.
  • Trabajar en la educación financiera de los mineros y mineras MAPE como parte del apoyo en sus procesos de formalización, asegurando la protección y educación al consumidor financiero.
  • Identificar dos o tres bancos con fuerte presencia rural, con los cuales se pueda trabajar de manera articulada en la bancarización de los mineros MAPE diseñando productos financieros útiles y asequibles que satisfagan las necesidades de los mineros en cuanto a transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguros, prestados de manera responsable y sostenible.
  • Fortalecer las capacidades de la ANM y del MinEnergía con el fin de que, de manera conjunta, puedan promover y controlar mejor el sector minero y de esta manera mejorar la credibilidad de sus procesos hacía el exterior.
  • Promover cadenas de suministro más cortas puede ayudar a transparentar la información y facilitar su control y trazabilidad. Ayudar a los mineros a realizar exportaciones directas al mercado internacional, mediante su inclusión en políticas de promoción a las exportaciones ayudaría en este aspecto.

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Maria José Murillo es Profesional en Negocios Internacionales de la Universidad del Tolima y Magister en Responsabilidad Social y Sostenibilidad de la Universidad Externado de Colombia. Durante su trayectoria profesional se ha enfocado en temas relacionados con comercialización, formalización y exportación de minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) en diferentes países de Latinoamérica. Ha trabajado en el sector de la MAPE desde hace 4 años.

Actualmente se desempeña como responsable de cadenas de suministro en la Alianza por la Minería Responsable (ARM) y es miembro de la junta directiva de la Fundación.

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