El agua es el recurso más vital para la vida. Por eso es importante entender los impactos de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) de aluvión sobre los cuerpos y corrientes de agua y el correcto uso y manejo de agua en diversas prácticas de minería de aluvión.  La MAPE de aluvión comprende varias prácticas: el mazamorreo, barequeo, barranquilleo y bateo (según el país) que son prácticas completamente manuales; la semi-mecanización de las minas artesanales de aluvión con el uso de motobombas de achique y de arranque de material (monitores) y el uso de la mini draga o dragueta [1].

[1] Más adelante hablaremos de los impactos de la minería con retroexcavadora, la cual no consideramos como parte de la MAPE, dada su capacidad de movimiento de materiales sólidos,  la magnitud de las inversiones financieras y el hecho de estar atada en muchos casos a la extracción ilícita de minerales (también llamada minería criminal en Colombia).

El barequeo (también conocido como mazamorreo, barranquilleo y bateo en diversos países):

Usualmente, el barequeo aprovecha depósitos superficiales de las playas de quebradas, lagunas y ríos, y puede ser realizado por una sola persona o por un pequeño grupo familiar. Consiste en la extracción y procesamiento de arenas y gravillas de las playas y ríos con la ayuda de herramientas manuales como barra, batea, palas, almocafres, y el uso de la fuerza del agua como motor de lavado y clasificación. Estas arenas  y gravas suelen ser lavadas en el curso de agua más cercano con ayuda de una batea o de un pequeño canalón o canaleta portátil. En ocasiones se conduce el agua por canales y pequeñas presas que permiten generar corriente para lavar el material.

Uso de la hoja del balso (Ochroma pyramidale) para separar el oro y el platino de la jagua. Angostura, Chocó.

Se trata de una práctica ancestral y tradicional de las comunidades locales, en especial de comunidades que viven en situaciones de vulnerabilidad, entre ellas muchos grupos étnicos de descendencia indígena o africana.  El barequeo también ha sido un medio de subsistencia fundamental para campesinos y pescadores ribereños.  Es una práctica en la cual participa una alta proporción de mujeres y adultos mayores.  Es un componente fundamental de los sistemas productivos diversificados de muchas comunidades ribereñas que combinan el barequeo con pesca, agricultura, recolección de productos del bosque, pastoreo y pequeño comercio.

Tradicionalmente, los barequeros y barequeras sólo usan la gravimetría y en algunos lugares, como el Chocó colombiano, también plantas saponíferas para separar el metal precioso de la jagua (arenas negras) y de otras arenas sin valor (ver foto). La mayoría de las técnicas tradicionales de beneficio mineral utilizan los canalones para la primera separación de metales preciosos, y la batea para la clasificación y lavado manual (gravimetría en bateas). El uso extensivo de la batea, que nace del mazamorreo, es una destreza generalizada entre barequeros/as, ya que se aprende desde la infancia y es un saber cultural pasado de generación en generación, junto con el conocimiento de cómo identificar los lugares en donde puede hallarse el metal precioso.

Usualmente el barequeo por sí solo no tiene impactos durables sobre las corrientes de agua, ya que las áreas de extracción y lavado están dispersas en grandes áreas. El volumen de sedimentos que produce su lavado en los ríos es comparativamente bajo. Así, los ríos absorben fácilmente el sedimento producido.

La minería de aluvión semi-mecanizada:

Sin embargo, hace unos 20 años se introdujeron las motobombas en muchas zonas donde se practica el barequeo.  La motobomba ayuda a succionar agua para sacarla de los hoyos más profundos para permitir la extracción del mineral (achique); facilita el arranque del material aluvial en el frente de explotación (talud o barranco) con el uso de un chorro de agua a presión (monitor); se usa para elevar el mineral del fondo de un frente de mina sumergido a la superficie y para llevar agua a áreas para lavado que puedan estar lejos de las corrientes de agua.

  

El agua como principal fuente de energía para separar el oro de los lodos y arenas, Cauca. 2014.         

 

La introducción de la motobomba significó el comienzo de la semi-mecanización de la práctica del barequeo y trajo grandes beneficios en términos de salud ocupacional, ya que alivió la labor manual.  También mejoró la productividad de los mineros y mineras y de sus familias, al aumentar la capacidad de extracción y procesamiento mineral.

Sin embargo, el uso del monitor contra frentes de mina y barrancos a orillas de los cursos de agua presenta impactos significativos sobre las aguas, al cargarlas de sedimentos que afectan su calidad para otros usos (uso doméstico, lavado de ropas, recreación y navegación fluvial).  Si la carga sedimentaria de las aguas excede la capacidad de auto-limpieza del curso de agua, se genera la saturación por sedimentos que impide la vida de peces y otras especies de flora y fauna que viven en el río.

El manejo adecuado del agua en minas semi-mecanizadas con motobombas y monitores implica establecer un sistema de drenajes adecuado y un pozo de sedimentación para que se asienten los sólidos suspendidos en el agua antes de ser vertidos a los cuerpos de agua.

En algunas regiones los barequeros/as utilizan el mercurio para mejorar la recuperación de metales preciosos.  Con ello, no solo exponen su salud, la de sus hijos y comunidades, sino que también contaminan el agua y los sedimentos de los cursos de agua, contaminando así también los peces de los cuales se alimentan.  Para lograr la eliminación del uso de mercurio se requiere que los barequeros/as tengan acceso a técnicas libres de mercurio mediante programas de apoyo técnico, legal, organizativo y comercial.

Este blog forma parte de una serie de tres publicaciones. El primero fue El agua y la minería: ¿Qué implica el liderazgo? y el próximo será sobre los impactos y manejo correcto de las mini-dragas. ¡No te los pierdas!

 

 

 

 


 

Cristina Echavarria es geóloga, científica social y profesional en el mundo del desarrollo basada en Colombia, desde donde trabaja globalmente. Con más de 30 años de experiencia en investigación aplicada para el desarrollo sostenible y el manejo participativo de los recursos naturales con comunidades rurales indígenas y afrocolombianas y mineros/as artesanales y de pequeña escala en América del Sur, África y Asia. Tiene experiencia en la aplicación de enfoques interculturales y de género en territorios mineros, con énfasis en los aspectos sociales, ambientales, de la cadena de suministro y de gobernanza para el desarrollo sostenible.

Cristina trabaja con agencias internacionales, gobiernos, ONG, líderes comunitarios y compañías mineras para permitir acuerdos justos y sostenibles para todas las partes. Fue la primera Directora Ejecutiva de la Alianza para la Minería Responsable y hoy es miembro de su Junta Directiva. También es miembro independiente del Foro de Responsabilidad Empresarial global de BHP y miembro del Grupo de Diálogo Minero en Colombia.

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