En septiembre del 2015 se publicó la agenda internacional para el desarrollo sostenible. 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron definidos para guiar a las naciones en su camino hacia la erradicación de la pobreza y para alcanzar “el desarrollo sostenible en estas tres dimensiones – económica, social y ambiental – de una manera equilibrada e integrada” hasta el 2030.

En Colombia, el sector de minería y energía fue designado como uno de los motores del desarrollo de este país.  El Plan Nacional de Desarrollo afirma que el sector jugará un rol clave en cuanto al crecimiento económico inclusivo y sostenido y será importante para la creación de empleo, de este modo contribuirá directamente con la reducción de la pobreza.

La minería tiene una larga historia en Colombia, y especialmente la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) ha sido una oportunidad de vida para muchos colombianos y colombianas desde los tiempos coloniales. Hoy en día, aproximadamente el 72% de la minería es MAPE, y muchas veces es la única opción de sustento en las comunidades rurales debido a la falta de oportunidades en cuanto a alternativas económicas. Por este motivo, la MAPE es considerada como un potencial conductor para la erradicación de la pobreza en áreas rurales. Sin embargo, el sector se ha ganado una imagen pública negativa ya que a veces genera impactos perjudiciales para los mineros y mineras, las comunidades y el medio ambiente. Una causa de los problemas frecuentemente mencionada en la MAPE es la informalidad del sector, la cual ronda el 87%. La falta de formalización dificulta el desarrollo social de los mineros y mineras y de sus comunidades, así como también la protección ambiental.

El gobierno Colombiano se propuso formalizar el sector al publicar la “Política Nacional para la Formalización de la Minería en Colombia” en 2014 y establecer un programa de formalización para organizaciones mineras de pequeña escala. Esto puede resultar en un sector competitivo que genera desarrollo, igualdad social y bienestar, culminando en la reducción de los niveles de pobreza y la justa distribución de recursos.

En la investigación para la tesis titulada “La formalización de la minería artesanal y de pequeña escala de oro en Colombia y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible” que presenté en la Universidad de Londres, se analizó si la inclusión de los/as mineros/as artesanales y de pequeña escala dentro de la economía formal mejora el desempeño económico, social y ambiental del sector para contribuir positivamente a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Colombia.

Aplicando un método de investigación cualitativa mixto, incluyendo un análisis de documentos, entrevistas con expertos y un grupo focal, se llegó a las siguientes conclusiones:

  • Hasta ahora, el sector de la MAPE en Colombia ha sido insostenible con un impacto económico, social y ambiental negativo.
  • Los cinco Objetivos de Desarrollo Sostenible más importantes para la MAPE en Colombia son agua limpia y saneamiento, trabajo decente y crecimiento económico, producción y consumo responsable, fin de la pobreza y salud y bienestar.
  • La política de formalización se considera una herramienta valiosa para mejorar las condiciones en la MAPE.
  • La política parece ser muy fuerte en la parte económica, fuerte en la parte ambiental y débil en la parte social. El aspecto social de la formalización está limitado a las condiciones laborales y la seguridad social. Aunque la política menciona que la formalización debería resultar en bienestar, reducción de la pobreza y distribución equitativa de los recursos, estos problemas solo se abordan indirectamente a través de mejores condiciones económicas. Hace falta un enfoque antropológico en el discurso de formalización.
  • La formalización no puede ser la única solución a los asuntos complejos relacionados a la MAPE. Muchos desafíos, especialmente aquellos del campo social, necesitan ser dirigidos a un nivel nacional. Más políticas de desarrollo, instituciones y colaboración interinstitucional son necesarias para fortalecer los territorios mineros.
  • Es difícil pero no imposible para las pequeñas organizaciones mineras formalizarse, siempre que haya buena voluntad, paciencia, incentivos, tiempo, perseverancia, información, apoyo, capacitación y recursos financieros. Los mineros coinciden en que la formalización es buena y necesaria, pero reclaman que los requerimientos son demasiado demandantes para las pequeñas organizaciones mineras y la inestabilidad normativa hace casi imposible alcanzar y mantener un nivel de formalización en el tiempo.
  • Las principales barreras están relacionadas con el sistema legal y político, el orden territorial y la planificación de tierra. Un problema persistente ha sido la falta de acceso legal, que requiere más y mejores soluciones para los mineros y mineras. Se necesitan implementar diferentes estrategias para la minería criminal y la minería sin título, actualmente se las trata de igual manera aunque hay muchos mineros y mineras dispuestos a trabajar legalmente bajo un título.
  • La falta de incentivos es un importante obstáculo para la formalización. Las minas legales necesitan competir con las minas ilegales, estas últimas tienen una desventaja económica significativa y no hay un valor agregado de ser legales. Se necesitan incentivos reales para progresar de manera más rápida, y que estos vengan acompañados de herramientas para generar mayor conciencia y así romper la cultura de la informalidad.
  • Las barreras para la construcción de habilidades, créditos, información, conocimiento y profesionalismo necesitan ser reducidas para que así más mineros y mineras puedan avanzar en la formalización.
  • La implementación del programa de formalización está retrasada y la política de formalización no ha sido capaz de desplegar su potencial. El desempeño del gobierno y de sus entidades públicas, su ineficiencia al manejar el proceso, la falta de infraestructura, la ausencia del Estado en las zonas de conflicto y el débil progreso y apoyo de las entidades públicas en materia de la formalización, son grandes barreras para lograr la misma.
  • Los expertos y expertas, así como también los mineros y mineras, resaltaron el potencial general del sector para conducir un fuerte desarrollo económico y social en Colombia, debido a su importancia para las economías locales y las comunidades rurales. Respecto al medioambiente, la minería puede realizarse con responsabilidad ambiental, no sólo corrigiendo los impactos negativos sino también compensándolos a una escala mayor.

En resumen, Colombia sufre de los desafíos estructurales típicos de la MAPE. Un ambiente favorable y fortalecido y territorios libres de conflictos son necesarios antes de que la formalización pueda desplegar su potencial y transformar el sector. Los principales desafíos son establecer un sistema legal y político estable e inclusivo, instituciones sólidas, una administración eficiente del sector y el orden público. Estas son precondiciones necesarias para comenzar la formalización. Únicamente en un ambiente favorable las actividades de formalización tendrán un impacto a gran escala y transformarán el sector de un contribuidor negativo a uno positivo para un desarrollo sostenible.

Interesados e interesadas en la disertación entera la pueden consultar aquí en inglés o el resumen en español.

Conny Havel es consultora y actualmente líder del área de comunicación en la Alianza por la Minería Responsable, después de 4 años apoyando la organización en el Desarrollo de Negocios y Mercadeo. Conny es Magister en Mercadeo y Ventas y cuenta con una Maestría en Desarrollo Sostenible, y ha trabajado en cadenas de suministro éticas e iniciativas de comercio justo por más de 8 años.

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