Historias del territorio

Luz Myriam Palacios,

“Mujeres unidas seguro que no vamos a ser vencidas”.

Luz Myriam, de Boyacá, Colombia, es una mujer empoderada, luchadora y con los “pies en la tierra”. No le tiembla la voz al momento de hacer valer sus derechos y los de sus compañeras mineras.

 

Mujeres empoderadas

Luz Myriam ha vivido la discriminación en carne propia al ser mujer en el sector minero, pero está orgullosa de su trabajo y dice que va a seguir luchando para que todas tengan los mismos derechos que los hombres. “La idea es que todas las mujeres nos empoderemos de nuestro rol y colaboremos con el sustento de la casa, porque cuando el hombre es el único sustento económico, viene la dependencia. Y en esta dependencia a las mujeres les toca aguantarse muchas cosas. Por eso una mujer empoderada, que tenga estudios, que sepa desarrollar una actividad, que tenga un proyecto, una entrada económica, seguro va a cambiar su forma de pensar.

Luz agrega que las “mujeres unidas seguro que no vamos a ser vencidas. Queremos que los hombres sepan que una es mujer, pero que detrás de ella hay 30 o 40 mujeres que van a protestar y van a tomar acciones y así no les va a ser fácil vulnerar nuestros derechos”.

 

El camino hacia la autonomía

Luz Myriam es la presidenta de la Asociación Mujeres Mineras Emprendedoras (AMME) de Boyacá que se creó a través del proyecto Somos Tesoro, con el fin de empoderar el rol de las mujeres mineras en el departamento colombiano. “Cuando se desarrolló el proyecto con la Alianza por la Minería Responsable (ARM) se evidenció que las mujeres eran discriminadas en el sector y se comenzó a trabajar con ellas, por lo que se empezó a empoderar a las mujeres, a darles la ruta de acción en caso de que lleguen a ser vulneradas”.

Luz dice que “para las mujeres es complicado estar dentro del sector minero, ya que muchas veces se presentan abusos. Boyacá es un departamento que es muy machista, por lo que se considera que las mujeres tienen que estar en la casa y los hombres en el trabajo. Por eso se presenta tanta violencia intrafamiliar”.

Luz es ingeniera ambiental con especialización en gestión de proyectos y es titular de la organización minera de carbón Los Límites de Sogamoso, Boyacá.Al hacerme cargo de una unidad minera, como titular, ha sido complicado manejar a los hombres, especialmente a los de edad adulta, porque ellos tienen el concepto que una mujer a mí no me manda. No me manda ni mi mamá, ni mi mujer, mucho menos me van a venir a manejar ustedes”, expresa Luz. Agrega que “también se presentan los casos de acoso. Que si una mujer llega con un pantalón apretado la puedo tocar o le puedo decir una y mil palabras, a veces, muy subidas de tono, otras veces de tipo sexual y denigrante”.

Generaciones de palas y carbón

“Le debo todo a la minería”, dice Luz Myriam. “Vengo de una familia de tradición minera; mis padres, mis abuelos, siempre han sido mineros. Mi esposo también es minero, es ingeniero de minas”. Luz creció en una familia de escasos recursos económicos, pero gracias al esfuerzo y arduo trabajo de sus padres, pudieron salir adelante y su situación cambió, cuenta. “Mi papá empezó a aumentar la cantidad de bocaminas que tenía a su cargo, por lo que mi mamá pudo dejar de trabajar y se dedicó a las labores del hogar.”

Ella creció en un hogar de 4 hermanos. Luz dice que sus hermanos hombres “trabajaban medio día en la mina, de 5 a 11 de la mañana, y después se arreglaban y se iban a estudiar. Con mi hermana, nos encargábamos del almuerzo, de tenerles el uniforme listo, cosas de la casa. Esta fue la situación hasta que nos graduamos del colegio. Después todos ingresamos a la universidad y nos fuimos del campo. Ellos (sus padres) seguían trabajando en la minería, pero ya solo en la parte administrativa”.

Al casarse, Luz comenzó a manejar unas unidades mineras con su esposo, a trabajar como titular y a encargarse del personal y de estar pendiente de las labores ambientales y de seguridad.

Orgullosamente mineras

Luz explica hoy que las mujeres mineras “quieren demostrar todas sus capacidades. Es un trabajo duro y que no requiere tanto de esfuerzo físico, sino de valentía. Muchas personas no son capaces de entrar a una mina. Así que cuando una mujer entra, nos estamos demostrando que somos capaces, que podemos liderar a los hombres, responderles por su seguridad y garantizarles que salgan bien todos los días de su jornada diaria”.

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