Historias del territorio
Nidia Pérez: una historia de empoderamiento femenino en la minería de pequeña escala
Nidia Pérez es socia y coordinadora de operaciones de la Cooperativa agrominera de Iquira, ubicada en Huila, Colombia. Hablamos con ella sobre su historia, su vida como asociada de la mina y su perspectiva del sector de minería artesanal y de pequeña escala en Colombia, y en su región.
La organización minera de Íquira alcanzó su recertificación con el estándar de minería justa Fairmined por sexta vez consecutiva en el 2021. A propósito de este importante hito, visitamos Pacarní, una población ubicada en Huila, Colombia y conversamos con Nidia, ingeniera química que se desempeña como coordinadora de operaciones de la organización minera, sobre el impacto positivo que ha tenido la certificación Fairmined en la región y el trabajo colectivo de sus compañeros de trabajo en la obtención de oro de manera limpia y responsable.
¿Cómo fueron los inicios de las minas en la región? ¿Cómo se vivía en la comunidad cuando aparecieron estas minas sin haberse formalizado?
“Mi familia es del campo, y nuestro primer túnel fue en el patio de la finca de mis padres. Mi papá hacía todo de manera intuitiva y en las noches junto a mis hermanos cavaban el túnel.
Así también fueron los inicios de la minería en la región, de forma rudimentaria; fue a pica, pala y buque. De hecho, no se solía enmaderar el túnel, y las medidas de seguridad no se tenían en cuenta. Solo se cavaba un túnel donde cabía una persona, sin ninguna estructura de sostenimiento, donde quienes trabajaban eran el dueño de la mina y sus hijos o hermanos. Había muchos riesgos y accidentes por uso de explosivos e inhalación de gases.
Después se informaron, comenzaron a investigar el asunto, y mi papá así como otros habitantes del pueblo empezaron a perfeccionar sus técnicas, a identificar las pintas y la vena. Años después, ya certificados, la comunidad cambió, ya que el oro trajo beneficios. Antes, el pueblo vivía con poco, la economía consistía en lo que obtenían por agricultura y trabajos informales. Con el despegue del oro responsable, el pueblo evolucionó casi como si fuera un municipio, las personas empezaron a buscar emprender, ofrecer locales de gastronomía, construcción de sedes hospitalarias, servicios de bienestar que antes no teníamos, etc.
¿Por qué crees que la iniciativa Fairmined fue asimilada tan fácilmente por los mineros locales de Pacarni e Iquira?
Nuestros mineros de la región siempre han buscado organizarse, es decir, siempre pensamos en lo que favorezca a todos los habitantes, y así mismo como realizamos actividades agrícolas, el tema de hacer minería sin perjudicar el entorno y seguir los requisitos de Fairmined. Ha sido una tarea que hemos llevado a cabo fácilmente. Tenemos esa ventaja grandísima de tener una mentalidad de velar por el bien del otro, y eso nos ha favorecido al unirnos a la iniciativa y ser auditados. Las mejoras que hicimos al inicio, como por ejemplo sustituir químicos nocivos por otro tipo de químicos lo hicimos gracias a Fairmined, y nos sentimos muy satisfechos.
MUJER MINERA
¿Qué sientes al ser una mujer en una industria que está principalmente conformada por hombres, y tener una posición de toma de decisiones? ¿Cuáles consideras que son tus prioridades al desenvolverte día a día?
Para mi, ser mujer minera es algo de lo que me siento orgullosa. ¡Me encanta mi trabajo! La participación de nosotras (las mujeres) no es alta en este sector, pero en nuestra planta yo hago el proceso de beneficio y siempre me siento respaldada por mi familia y por la empresa.
En mi casa somos 6 hermanos, y los 4 mayores tuvieron que trabajar para proveer para el hogar. Cuando tuve edad para ir a estudiar, mis hermanos mayores me dieron la oportunidad de estudiar a mi y a mi hermano menor, nos pagaron la universidad. Yo me incliné por la Ingeniería Química y Ambiental. Viendo el esfuerzo de mis hermanos y padres para sostenerme en la ciudad, y pagar mis estudios, cuando me gradué pensé en retribuir a mi familia. Mis padres y hermanos no estudiaron, ellos son mineros artesanales sin el enfoque de empresa, así que con mi llegada conformamos un equipo de trabajo con mi papá y mis hermanos, y me convertí en la encargada de manejar la mina y de procesar el mineral
Me he capacitado para entender a fondo los procesos, y es un orgullo para mi aportar a mi familia y segundo ser una mujer que dirija este proceso es muy satisfactorio.
Mi prioridad es concentrarme en supervisar que cada proceso funcione, cuidar los detalles para que no haya desperdicios y sean eficientes para cumplir con todos los compromisos con los empleados.
¿Cuáles consideras que son los retos más importantes que tienen las organizaciones mineras de pequeña escala en Colombia, aquellas que no están certificadas, y también aquellas que sí lo están?
Al hablar de minas en Colombia hay muchas circunstancias por mejorar y también hay problemas, esto cambia según la zona minera de la cual se hable. En nuestra zona, nuestro mayor reto es seguir teniendo la certificación Fairmined y seguir mejorando nuestros procesos, para tener esa bandera de pioneros, y ser ejemplo para otras minas.
Nuestro segundo reto es mantenernos como organización en momentos en que baja la compra de oro, como sucedió por la pandemia en el 2020 y parte de 2021. Y a eso le estamos apuntando, a crear estrategias para mantener nuestra rentabilidad en momentos desfavorables.