Historias del territorio

Darwin Sevilla

En búsqueda de la veta:  

La constancia y lucha de Darwin Sevilla

La explotación minera no ha marcado solo la tierra en el municipio de Macuelizo (Honduras), también ha forjado historias de familias que han visto en la minería artesanal y de pequeña escala el sustento diario y su futuro. Darwin Sevilla es un ejemplo de aquellos niños que aprendieron sobre la minería gracias a sus padres y que ahora a sus 26 años, continúan ejerciendo la labor con orgullo y esmero en la comunidad de Sula, ubicada al sur del departamento de Santa Bárbara.

Darwin es un minero que inició su experiencia en la extracción de minerales en los ríos que bañan a su comunidad y que, con el tiempo, fue aprendiendo otras prácticas y oficios que lo han llevado hasta hace poco a trabajar, como encargado del manejo de la muleta (1) en una mina de la empresa minera “Minas y Cuevas” en la localidad de Sula para la extracción de oro. Esta mina está conformada por aproximadamente 200 socios de las 7 comunidades de influencia de la zona de explotación (San Antonio, Chiquila, Ojo de Agua, Aldea Nueva, Sula, la Vegona y la Playa) y ha contado con el acompañamiento de la Alianza por la Minería Responsable (ARM) para realizar una minería más responsable en el territorio.

[1] La muleta es el martillo con el que sacan roca durante la perforación.

“La minería responsable es principalmente cuidar las aguas, los árboles y, en sí, cuidarse uno mismo”.

La minería y su familia

“Mi historia no empezó aquí en la mina, pero si empezó en un río. Mi papá trabajó de eso y nos preparó, gracias a Dios. Nosotros seguimos agarrando ese hilo de seguir trabajando en el río, después nos venimos hacía acá a trabajar en la minería”, afirma Sevilla, al explicar cómo esta práctica ha sido el eje de su familia. En especial durante su infancia, cuando a los 8 años iba con su padre para aprender a separar el oro de las arenas, convirtiendo este momento en uno de los más gratos recuerdos de su niñez, al ser instruido en una labor de tradición familiar.

Sevilla recuerda como al ir creciendo fue adquiriendo conocimientos en otras prácticas laborales, que poco a poco le facilitaron nuevas opciones de trabajo que intercaló con sus obligaciones como minero, con el fin de “no quedarse sentado”, como afirma, al caracterizarse por ser un hombre dinámico y trabajador.

“Yo estuve laborando en una empresa y me gustaba el trabajo, pero me salió una oportunidad en la mina. Esta no la desaproveché porque sabía que iba a desempeñar algo que me gusta de verdad”.

De guiricero a trabajador de minería de veta

 

“No es lo mismo trabajar en el río que trabajar aquí, porque acá es más pesado, pues la roca es dura”, comenta Darwin al comparar su transición de una práctica minera a otra. Sin embargo, reconoce que, aunque la labor fue pesada en un inicio en la mina, hay mayor tranquilidad de trabajar sin la preocupación de enfermarse por el agua si continuaba como Guiricero.

Afirma que su mayor reto a la hora de buscar nuevos horizontes en la minería subterránea fue empezar a trabajar con herramientas que le parecían muy pesadas al principio. “Ese era mi reto y le tenía miedo, decir no voy a funcionar en ese trabajo porque es pesado”, explica Sevilla, que con el tiempo fue acostumbrándose a trabajar en esas condiciones: “solo era intentarlo y se pudo”.

Los sueños dorados 

“Vamos buscando algo bueno, entonces nosotros desempeñamos el trabajo de sacar ese mineral. Esa es la idea y la emoción que uno tiene”, concluye Darwin, al expresar su emoción de pertenecer a una gran familia de mineros que poco a poco fueron perdiendo sus miedos y le han apostado a la búsqueda de la recompensa por su labor y esfuerzo.

La empresa “Minas y Cuevas” no solo tiene mineros que van día a día a continuar sus arduas labores, también cuenta con hombres y mujeres que con sus historias demuestran que pueden trabajar hacía una minería responsable.

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