Cuando se mira de cerca el costo ambiental de la extracción de oro y se compara con su utilidad, se concluye que es mejor dejar el mineral en la tierra y usar oro reciclado o un mineral alternativo cuando sea posible.

La minería es esencial para nuestras vidas. No hay desarrollo económico sin extracción de minerales. Simplemente no es posible transportar electricidad sin cobre, construir carros sin acero o manufacturar aviones sin aluminio. ¿Pero qué pasa con el oro? ¿Es el “rey de los metales” tan estratégico como sus súbditos no preciosos? ¿Cuál es la contribución del oro a nuestra vida diaria? Ya sea en joyería o como inversión, “el metal de los reyes” no es un artículo de primera necesidad. No es esencial para nuestro desarrollo (55% es utilizado en joyería, 35% para inversiones y 10% para uso industrial). Nuestro mundo seguiría operando sin la extracción del oro considerando que la actual existencia del metal en la superficie representa 60 veces el volumen de mineral extraído en 2014; ej., más que suficiente para abastecer las necesidades pequeñas de la industria electrónica para muchos años venideros (279 toneladas en 2014 o el 0,15% de las cantidades de oro que ya han sido extraídas[1]), que es su único uso esencial.

Habiendo dicho esto, ¿Por qué extraemos oro? En un país como Suiza (#3 en el ranking de IDH de 2014[2]), el pueblo de Medel votó en el 2012 en contra de aprobar una licencia de exploración para aprovechar un depósito de oro de un estimado de 25 toneladas del metal precioso en las montañas Grisons. En los países productores, una creciente porción de la población se opone a la minería de oro por su alto impacto ambiental (usualmente la extracción de una onza de oro emite 1 tonelada de gases de efecto invernadero[3], GEI, la métrica ambiental más común, que equivale a 32 toneladas por cada kilogramo) y por los pobres beneficios percibidos por las economías productoras. Yo prefiero estar de acuerdo con los habitantes de Medel en que no vale la pena extraer oro si los costos ambientales no van a ser compensados con impactos económicos justos. Por lo tanto, podríamos optar por usar oro reciclado que no contamina, pero que tampoco trae desarrollo.

Pero esa es sola una percepción; vayamos un poco más profundo y exploremos la realidad detrás del oro extraído. Primero, se tiene la minería industrial conocida como minería de gran escala (MGE). La MGE es reconocida por ser glotona con respecto a las inversiones pero tacaña con respecto a la generación de empleo. Según un estudio[4] reciente del Consorcio Mundial del oro (WGC) sobre las operaciones de 15 compañías MGE en 25 países, que representan el 28% de la producción de oro mundial, un empleado o contratista de la industria aurífera produce 3.6 kilogramos de oro al año y genera, teniendo como referencia 1 tonelada de emisiones de GEI por onza, 115 toneladas de GEI. Un kilogramo de oro de MGE tendría una huella social de 0.3 empleos contra una huella ambiental de 32 toneladas de GEI; una proporción de 1:107. Aplicando una métrica más familiar, un anillo de bodas que contiene 5 gramos de oro puro de MGE generaría medio día de ingresos para un empleado o contratista y emitiría 160 kilogramos de GEI.

Del lado de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE), la situación es muy diferente. Primero, la percepción de la MAPE como una molestia es alta en los países productores. El uso de mercurio, el trabajo infantil, las condiciones de trabajo peligrosas, entre otras, son realidades de la MAPE. Ahora, asumiendo que un kilogramo de oro de la MAPE no emite más GEI que un gramo de oro de la MGE (no se han desarrollado estudios sobre la huella de GEI del oro de la MAPE), que debería ser el caso sabiendo que la MAPE se caracteriza por tener niveles muy bajos de mecanización, su impacto social es bastante alto.  Hay un estimado de 15 millones de mineros artesanales y de pequeña escala de oro en el mundo[5] que producen aproximadamente 470 toneladas de oro al año (15% de la producción mundial)[6]. Esto quiere decir que un minero MAPE de oro produce en promedio una onza de oro por año y por lo tanto emite una tonelada de GEI (en la UE emitimos anualmente 10 toneladas per cápita[7] y en EEUU 17 toneladas per cápita[8]). Un kilogramo de oro MAPE tendría una huella social de 32 empleos por cada 32 toneladas de GEI; una proporción de 1:1. Retomando nuestro anillo de bodas, si este fuera hecho con oro MAPE, representaría los ingresos de 2 meses de un minero con una huella ambiental de 160 kilogramos de GEI.

¿Entonces si usted se casa, qué escogería? Para mí no hay duda: ¡un par de anillos de oro de la MAPE! Le da más sentido a la extracción de oro, pues usted estaría generado empleo en los países extractivos y estimulando la economía local. Casi todo el valor del oro de la MAPE es consumido nacionalmente. Entonces, si es distribuido de manera justa, se convierte en una herramienta magnífica de desarrollo. Queda por responder una pregunta: ¿Cómo evitamos o minimizamos los efectos negativos de la MAPE como la contaminación por mercurio, el trabajo infantil, seguridad, conflicto, etc.? Yo diría que a través de 2 ejes: Primero, con políticas públicas voluntarias que deben incluir la formalización, el desarrollo de capacidades, la transferencia de tecnología y el acceso a mercados. Segundo, a través de esquemas de certificación que garanticen al consumidor y empresas a lo largo de la cadena de suministro las condiciones de la extracción de oro de la MAPE. Por ejemplo, al requerir la Certificación de Minería Justa Fairmined a la MAPE de oro, el consumidor, o el joyero podría tener la certeza de que el uso de mercurio se hace de manera controlada de acuerdo a los requerimientos de la reciente Convención de Minamata, que el trabajo infantil es erradicado de las minas certificadas, de que regulaciones internacionalmente aceptadas de seguridad e higiene minera están siendo implementadas y que el oro es libre de conflicto, de acuerdo con las Guía de Debida Diligencia de OCDE.

Entonces, con esta certeza, y al comprar anillos de oro de la MAPE certificada, los recién casados estarían contribuyendo al desarrollo de los países con industria extractiva y generado muchos empleos en contraste con el impacto ambiental generado. Y, teniendo en cuenta que estos anillos podrían ser más caros, estarían hechos de 4 gramos de oro en vez de 5 gramos, una diferencia en el precio del oro certificado a causa de la trazabilidad que garantiza. Yo creo que un anillo un poco más delgado pero que tiene estas propiedades de desarrollo tiene mucho más estilo que uno más grande y con un impacto social más pobre. Así que, ¡reciclemos nuestros anillos de boda y compremos nuevos anillos de la MAPE certificada!

 


[1]GFMS Gold Survey 2015, Thomson Reuters, April 2015

[3]based on sustainability reports of industry leaders

[4]Responsible gold mining and value distribution” – World Gold Council – October 2013

[5]UNIDO

[6]UNEP

[7]UE

[8]Banco Mundial

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